Un niño se
resiste a acostarse por diversos motivos. Puede tener miedo de la oscuridad o
de no despertarse, o se siente inseguro cuando está solo. Indudablemente, le
gustaría más jugar o ver la televisión y, en realidad, preferiría la compañía y
atención de sus padres.
Cuando los niños se hacen mayores, su vida social adquiere
preponderancia. No obstante, todos los niños deben tener su hora de acostarse y
si se quiere paz en casa, los padres no pueden transigir en esta cuestión. Los
padres que dicen «chicos, ¿no creéis que ha llegado el momento de
acostarse?>>, han declinado su responsabilidad y sus hijos no se
acostarán a la hora adecuada. Los padres que siempre permiten al niño
permanecer levantado «sólo un poco más», tendrán siempre problemas con el
momento de acostarse. De haber la menor posibilidad de transigir, los niños más
nerviosos se agarrarán a ella. De ahí pues que para muchos padres, conseguir
acostar a sus hijos es una más de las batallas al final de un largo día, justo
en el momento en que ellos necesitan tiempo para sí mismos.
Lo
más importante para que los niños duerman solos y en su cama es la relajación.
Os dejo un vídeo que os propone una de las tantas maneras que hay para
conseguir que los niños se relajen antes de ir a dormir y no suponga un
problema.
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